Cuando el escritor se enfrenta al inevitable fantasma de la infancia y logra vislumbrar a través de sus ojos de adulto algunas sombras, comienza el juego de lo irreal, la posibilidad de la tergiversación de las anécdotas y, por supuesto, la evasión, como un mecanismo de defensa ante el resultado de esa infancia: el presente.

Martín Cristal (Córdoba, Argentina, 1972) ha aceptado el reto de tocar la infancia y buscar descifrarla, primero para sí mismo y después para el lector, en el volumen de cuentos Manual de evasiones imposibles (Colibrí, 2002) tratando, en cada historia, de sembrar una nueva posibilidad para socavar esa impasible continuidad que da la rutina, la conciencia de estar un día más en este espacio llamado realidad sin saber, a ciencia cierta, lo que ésta significa.

El tren de la memoria anuncia su única salida y uno a uno, los personajes de una ciudad cualquiera, pero digamos, Buenos Aires, con boleto en mano, esperan la hora de partida. Al subir al tren, el maitré les entrega un libro, en su mayoría en blanco pero en el que se dibujan tres párrafos en su primera página:

Manual. Dícese de todo aquello que se ejecuta con las manos, así como de un libro que contiene las nociones esenciales de un arte o ciencia. ¿Vivir es una ciencia o un arte? Es necesario recordarle que, en este viaje, usted lo tendrá que averiguar y jugar con aquel niño que lleva dentro para descifrar su posible destino. Tal vez pierda un ojo en un accidente o, encuentre aquel hermano que se alejó hace años por culpa de su padre. Quizá sólo verá estás páginas y dormirá hasta creer que el viaje ha concluido, sin embargo, me gustaría recomendarle que, mientras viaje, no duerma: eso también puede ser un riesgo con fatales consecuencias.

Evasiones. Plural de evasión. Uno de los mecanismos de defensa que el doctor Freud catalogó de los más peligrosos y constantes. El ser humano vive entre la dicotomía de enfrentarlo o ignorarlo. Así, las experiencias que en este tren vivirá puede enfrentarlas o ignorarlas pero sin duda, de algún modo se verá reflejada en cada una de las evasiones que aquí enfrentará. Llegado el momento y conforme usted escriba en cada una de las páginas en blanco, será imposible descifrar si está viviendo o soñando pero no querrá parar de realizar dicha actividad. Aquí cabe una aclaración: no deje ningún texto de los que escriba o imagine a la mitad, pues corre el riesgo de no terminar el viaje hasta ponerle final a la historia aunque el viaje dure años.

Imposibles. Plural de imposible. Como seres humanos tenemos la falsa creencia de que imaginamos sólo lo imposible. A veces la imposibilidad radica en recordar, observar o perdonar. Los límites son tatuajes que nos fueron impuestos socialmente y que, hasta cierto punto, nos hacen funcionales en determinada sociedad. También es utilizado, erróneamente, como sinónimo de imaginación. ¿Vivimos entre lo probable o lo posible? ¿Será acaso que navegamos sin excepción, en lo imposible?

Martín Cristal […] entreteje historias entrañables, sencillas, narradas a velocidad luz, lo cual abre paso de una vez por todas, a esa tan aparentemente ausente, al menos en narrativa, generación de los setentas…” Adriana BernalAsí, el lector viajero, después de analizar las instrucciones, asume la lectura bajo su propio riesgo. Cuando el lector decide dar vuelta a la primera página, y está dispuesto a escribir sobre la página en blanco, misteriosamente aparecen catorce cuentos que Martín Cristal, fiel a la tradición cortazariana pero atisbando las nuevas imposibilidades de la narrativa contemporánea, entreteje historias entrañables, sencillas, narradas a velocidad luz, lo cual abre paso de una vez por todas, a esa tan aparentemente ausente, al menos en narrativa, generación de los setentas, con la característica esencial de apostar a un lector inteligente a pesar de la vorágine de los mass media. ♦