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ENTREVISTA • La música interior de los leones

Martín Cristal: “No me interesa restringirme a un solo género”

—por Fernanda Pérez—

Babilonia Literaria (website), 9 de mayo de 2019.

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El escritor cordobés presentó en la Feria del Libro de Buenos Aires La música interior de los leones, obra que recibió el Premio Literario Fundación El Libro 2018/19. En esta entrevista con Babilonia habla de sus búsquedas narrativas y de su interés por incursionar en otros  géneros y soportes.

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MARTIN-CRISTAL-Las-ostras-(2012)-800pxA partir de la revista literaria Palp, Martín Cristal empezó a idear una serie de cuentos y relatos que finalmente quedaron reunidos en La música interior de los leones. Mientras buscaba editor para ese texto surgió la posibilidad de participar del Premio Literario Fundación El Libro. Finalmente envió su obra y ganó esta prestigiosa distinción, cuyo jurado estuvo integrado por Elsa Drucaroff, Leopoldo Brizuela, Carlos Liscano, Vicente Battista y Luis Chitarroni.

En diálogo con Babilonia, el escritor cordobés habla de este texto, también de Aplauso sin fin (que recibió el premio Novela Corta de la Diputación de Cáceres, España) y de Las alegrías, título que publicará este año  con el sello local Caballo Negro y que sigue la tetralogía iniciada con Las ostras y Mil surcos.

—¿Cómo recibiste la noticia del premio?

—Los premios de este tipo son siempre una alegría.  Y si bien es una sorpresa —porque las posibilidades de ganar siempre son exiguas— es también gratificante, en especial porque si uno envía ese texto es porque lo considera bueno.

—Además con un jurado muy interesante…

—Sí, fue un jurado de lujo y eso también es un incentivo. Que esas personas te lean y hagan una valoración de tu obra es importante… En la presentación estuvo uno de los miembros del jurado, Elsa Drucaroff, que expuso conceptos muy buenos a favor del libro. También lo presentó Sebastián Robles  que tiene un libro de cuentos muy lindo que se llama Las redes invisibles, en el que cada cuento está basado en una red social. Es un autor afín a estos cuentos porque tiene cruces de varios géneros.

—¿Cómo surgió la idea de este libro?

—No lo hice pensando en el concurso. En realidad yo envié el libro que ya tenía escrito y que, coincidentemente, respondía a lo que concurso solicitaba.

Este era un libro que consideraba terminado y para el que estaba buscando editores (con mucha dificultad por el momento crítico que atraviesa el sector editorial). De allí también la alegría de que el libro pueda publicarse de esta manera.

—¿Cuánto tuvo de influencia la revista Palp en este proyecto?

—La cuestión es así: de Palp salieron solamente dos números, y en esos dos números yo publiqué un solo cuento mío. A ese cuento obviamente lo tuve que sacar del libro, porque el concurso era para textos inéditos. Lo que sí tenía para Palp eran los bosquejos de las ideas para los cuentos y la intención era sacarlos de a uno con cada revista. Pero cuando falleció Diego Cortés (que era integrante de Palp) esto quedó trunco. Yo tenía esa lista de ideas y empecé a escribir. Empecé con uno, después con otro, y los terminé considerando un conjunto.

—El género que atraviesa estos cuentos es la ciencia ficción. ¿Qué te atrae del ese género en particular a la hora de narrar?

—En realidad yo no siento que la ciencia ficción sea mi terreno. Me considero un narrador, la consideración de lo que hago es mucho más amplia y no me interesa restringirme a un solo género. Pero tampoco soy de los narradores que se ven a sí mismos como puramente literarios y desprecian los géneros.

Yo tengo trabajos publicados que son mixturas de géneros, cuanto más mezclado mejor. De hecho se ha destacado en este libro mucho la ciencia ficción, pero también hay relatos que introducen algo de terror, policial…

—Es decir que en función de lo que querés contar buscás el modo, el género…

—Exacto. Cuando quiero narrar algo hay una serie de ingredientes a los que yo no renuncio.

En ese sentido, estamos publicando con la editorial Caballo Negro una tetralogía de novelas, de la que ya han salido dos (Las ostras y Mil surcos). Este año va a salir la tercera, titulada Las alegrías. Cada novela está relacionada con un elemento: agua, tierra, aire y fuego. Las alegrías va a ser la de aire. Y el argumento básicamente es un cruce de personajes en una fiesta durante una misma noche. Esa novela es realista, no hay nada de ciencia ficción, nada de terror, nada de policial… Lo que me interesa destacar con esto es que no me restrinjo a un género ni tampoco los desprecio. No veo una dicotomía entre los géneros y la literatura a secas. Aunque por supuesto hay géneros que me gustan más que otros.

Me siento más cómodo trabajando como los pintores, por series… Incluso tampoco querría quedar encasillado en ser un autor de cuento o un autor de novela, y hasta me gustaría más adelante probar otras cosas: guión de cine, teatro, historieta… Ni siquiera el soporte me parece importante, lo que me parece importante es narrar, eso es lo que me interesa.

Por ejemplo: el año pasado sacamos con la editorial Postales Japonesas un libro de crónicas, y ese es un contrato diferente con el lector.

—Hace un tiempo recibiste también un premio internacional por Aplauso sin fin, una novela que recorre los círculos literarios desde el derrotero de su protagonista. ¿Qué te impulsó a escribir ese libro?

—Mirá, te soy sincero, no me interesaba escribir sobre el mundo literario. De hecho,  las narraciones que tienen como protagonista a un escritor me cansan un poco. Aquí lo hice porque me venía bien para la trama, para lo que quería contar. Necesitaba un personaje que se desarrollara como artista, y podría haber sido un cantante también. Pero tomé lo que tenía más cerca que era un escritor, porque si no hubiera requerido de una investigación que —tratándose de una novela corta— tal vez no hubiera querido hacer.

Lo que sí me interesaba en esa novela era narrar la relación con la fama y cómo esa fama se vuelve inmanejable. También reflejar cómo el precio de la fama te puede llevar a renunciar a ciertos afectos, lo cual es un precio altísimo. Quería narrar un poco eso con ciertos componentes fantásticos. Aplauso sin fin es un libro que me encantaría reeditar en Argentina.♦